Cuando tenía como 12 años, escuché la historia de un sujeto que juntó muchas botellas plásticas, las cerró sin deformarlas, las juntó en una gran red y encima de ellas montó una tarima de madera. Posteriormente, cubrió con arena dicha plataforma y voilá!
Su propia isla.
Es un recuerdo que, a pesar de todo este tiempo, remanece en mí.
Me provoca cierta hilaridad que la gente que me ve juntar botellas crea mi historia de emular a aquel tipo. Con todo y que le tengo aversión a la humanidad, los engarnios de algo sirven. De mal ejemplo.
No sería muy útil aislarme en algo de arena flotando en el mar. ¿Por qué hacerlo de ese modo si puedo hacerlo en vil concreto?
Ese tesón por mi modo de ser no estaría bien sazonado sin saber lo que NO sería ser como soy. Y lo que soy mola.
Su propia isla.
Es un recuerdo que, a pesar de todo este tiempo, remanece en mí.
Me provoca cierta hilaridad que la gente que me ve juntar botellas crea mi historia de emular a aquel tipo. Con todo y que le tengo aversión a la humanidad, los engarnios de algo sirven. De mal ejemplo.
No sería muy útil aislarme en algo de arena flotando en el mar. ¿Por qué hacerlo de ese modo si puedo hacerlo en vil concreto?
Ese tesón por mi modo de ser no estaría bien sazonado sin saber lo que NO sería ser como soy. Y lo que soy mola.
No hay comentarios:
Publicar un comentario