miércoles, 5 de mayo de 2010

Anécdota que nada tiene que ver con el 10 de mayo

Rara vez suelo salir de mi rutina de escribir cosas que salen de la cabeza y que poco tienen que ver con la interacción social. Quizás sean los 30°C que me están deschavetando.

Y pongo "que nada tienen que ver con el 10 de mayo" por que incluyen a mi Sra Madre, pero no pretendo que el lector crea que esto es la ternura, que asome una lágrima y que se haga adepto fiel a esta anécdota. Un carajo.

La cosa está así: Mi madre tiene una comadre a la que de vez en vez visita o le compra cosas. El hecho llama mi atención puesto que mi madre es bien pueblerina y podría decirse que, tal como yo, no gusta de hacerse de amistades. Raro, bien raro...

Tiempo después, y por boca de mi madre, me enteré de que la Sra esa le ayudó cuando mi madre estaba por tener a su primera hija (mi insulsa hermana) y son esas cosas que mi madre no puede olvidar. No cuando tiene un compromiso moral por ello. Me es grato que lo tenga presente y que no sea de esas mal nacidas personas que busca favores y luego olvida rostros. Es esa clase de honor que dudo exista hoy día.

Mi madre no gusta de hacerse de amistades, pero sabe lo que es el honor.

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